Discurso de Eduardo Martínez de Pisón:
Han pasado los años y ha crecido en quienes poseen autoridad en ejercicio, pese a nuestros desvelos, ese afán de deterioro renovado del Pirineo que es propio del arranque de este milenio, y que tuvo aquí, en Espelunciecha, para los que queremos preservar su naturaleza y sus paisajes, la primera puerta de su ciudadela defendida y vencida.
También se ha formado, entre tanto, una fuerte vinculación entre aquellos defensores (y vencidos) y otros nuevos, que se ha renovado, entre otras cosas más cotidianas, en la persistencia de hacer desde entonces un homenaje anual al valle de Espelunciecha perdido con una ascensión a su ibón, que finaliza con una reunión en el Portalet de aquellos que nos reafirmamos en nuestros principios de amor a estas montañas y en la voluntad de defender sus calidades, aunque sea en solitario, cuando no se encuentra sino vacío en aquellos que tendrían la obligación de ejercerla en el nivel requerido.
Espelunciecha es, así, un símbolo de que aquí seguimos los de entonces, renovados, en la misma idea y para cualquier lugar. Mientras tanto, algunos partidos políticos (no todos) parece que hicieran carreras para ver quién puede estropear más el Pirineo. Unas veces con quimeras, otras con proyectos en marcha, dividiendo el Pirineo en dos: las pistas deseadas y lo que queda fuera de ellas, deseable para ser asimilado en la primera categoría. De este modo, dan por sentado o dicen explícitamente que el que está en las pistas es dócil y afín, y el que va por fuera indócil y disonante. No vale, pues, lo que posee valor por ese valor, sino sólo lo que puede tener precio por ese precio. El enclave artificial creciente a costa de su entorno y a la busca de nuevas presas pretende tragarse así a todo su envolvente, desde el terreno local a la región natural en la que se enquistó. Pocos políticos se descartan de esta carrera nociva y hacen propuestas fundadas en contenidos responsables con los valores territoriales, es decir, de modos seriamente civilizados.
El objetivo es un campo sin campesinos, una naturaleza sin espontaneidad, un paisaje rural sin ruralidad. Así, los antiguos sonidos del trabajo en la mañana, los de los pasos en el camino al puerto se apagaron por el trepidar de los camiones y los fragores propios de los que borran los paisajes. En un relato de Mario Benedetti, un exiliado que pasaba sus días añorando los paisajes de su patria es visitado por un viajero que le dice: “si vuelves, ya no encontrarás lo que guardas vivo en tu memoria. Esos paisajes ya no existen: todo es ahora andamios y escombros. Los paisajes no te han esperado, no han aguardado tu retorno. Ya no hay donde volver”. ¿Es así también el futuro de nuestras montañas?
Siempre nos quedó la escritura para revelar los hechos, esos tristes hechos. Si de ellos fue y es la demolición, de nosotros fue y es la crónica.
Pero esto no fue suficiente ni ahora nos parece bastante. También tenemos propuestas y capacidad para luchar por ellas. Frente a Castanesas y olimpiadas que no buscan sino prolongar la vida a un proceso especulativo que está agonizando, podemos mostrar y encauzar proyectos locales y generales de preservación conjunta de la montaña. No hay o la nada o nosotros, como repite Aramón: hay otra vía, competente, capaz, seria, fundada en la animación de los valores y no en la reanimación del deterioro.
Y ahora, primero porque la montaña lo requiere en su integridad, y segundo porque la vía autonómica está bloqueada y la nacional no pasa de vaporosa para proyectos profundos de conservación territorial, nuestra propuesta está formulada en un proyecto transpirenaico de fusión de ambas vertientes, nacidos de la admiración común del Pirineo y de una voluntad expresa para su preservación conjunta. Es el momento de abordar definitivamente un proyecto integral, de una oferta europeísta que pasa de lo local a lo internacional, de una acción agrupada que se concreta en la consecución de un Parque Internacional de los Pirineos, por tanto transfronterizo, como un avance real de civilización, en nuestro campo, en eso que algunos llaman la construcción de Europa. Esto es Espelunciecha en 2010: un paso adelante en la voluntad de conservación y un objetivo de entidad mayor hacia el que encaminar los pasos.
"Lo quieren todo"
Por Victoria Trigo
Estimados amigos, compañeros de batallas e ilusiones que acudís un año más a esta movilización de la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón:
Es una alegría encontrarnos un año más con la esperanza incólume en defender la causa de la montaña, esa causa que nos hace converger, sentirnos equipo valiente y crecer como personas.
Ellos lo quieren todo. Quieren arrasar con sus caballos de Atila, quemar por completo la piel de Gea, secar los ibones de sus ojos, amordazar a Pirene, acallar el canto de sus hadas con el chirrido de grúas, remontes, matar al ser humano que mira y se mira en el paisaje y sustituirlo por el consumidor ocasional, la muchedumbre sin alma, la flor de plástico, el horizonte cuadriculado.
Ellos lo quieren todo, todo para sus arcas. Si no se lo da la tierra, ya se lo darán sus leyes, sus gestiones, sus turbiedades. Ellos se han puesto sus mejores colmillos para morder con saña, para no dejar nada que recuerde que un día hubo vida, sentimiento, posibilidad de perpetuar la esencia del territorio, población permanente, cítaras en la escarcha y campanillas en los puertos.
Ellos compran, venden, conspiran, trajinan. Ellos son el tanque avasallador, la niebla más negra que dicta criterios y destroza el paraíso. Ellos quieren, piden y consiguen. Ellos se autodenominan depositarios de las montañas, gestores del futuro.
Ellos no nos representan a nosotros. Ni tan siquiera representan a muchos de los que, desde la ignorancia, desde la debilidad o desde la traición, se arriman a su manto, ansiosos de las migajas del festín.
Ellos persiguen uniformar la bella anarquía de las cimas, encauzar la diversidad en sus moldes prefabricados, extender el disparate de Formigal a toda la cordillera, a todas las montañas que se crucen en sus mapas. Es tan monstruoso lo que han hecho en nombre de su progreso, que el único modo de evitar el contraste con lo que aún queda de hermoso en el Pirineo, es propagar esa maldición a todos los confines, a todos los rincones donde quepa un ladrillo, un gramo de hormigón.
La naturaleza, una vez creado el planeta Tierra, vio tan bella su obra que quiso guardar un poco de esa materia, por si hubiera de repetirla. Y dio un pellizco a esa esfera. Las huellas de esos dedos de la naturaleza son estas montañas, estos dioses verdes y blancos que apuntan al cielo y atrapan nuestros sentidos. Pero esta lírica es ajena a los rotuladores de dibujar urbanizaciones y a las excavadoras de roturar praderas. Esta lírica se halla en las antípodas de una especulación, mezquindad y torpeza que insiste en renovar la candidatura de una Olimpiada en el Pirineo: nieve artificial –o transportada en camiones, como ha sucedido en Vancouver-, pompa de unos días y luego, poco más que chatarra.
Hay otras vías para la montaña, unos caminos donde perpetuarse no significa ni sobrevivir heroicamente ni dinamitar la historia y las máximas de estas coordenadas. La montaña es anterior a estos verdugos que el único futuro que garantizan es el que pueda esperarse del costumbrismo de vitrina aderezado, eso sí, de buenas dosis de publicidad.
La montaña, sus lunas y sus soles, estaban aquí desde que la vida las configuró como son, como queremos que sigan siendo. Por ello nos hemos reunido un año más. Y lo hacemos no como gesto visual de pancartas y arengas. Lo hacemos como aviso de que estamos dispuestos a pelear por defender Castanesa y, además, en previsión de nuevos asaltos, reiteramos la petición ya antigua de que el Pirineo sea declarado Parque Internacional.
No estamos tan solos como ellos quieren hacer creer. Tenemos el respaldo de asociaciones de otras comunidades españolas y de otros lugares de Europa. Tenemos la fuerza que otorga la dignidad de no obrar por el señuelo del dinero fácil. Tenemos la autoridad moral de haber intentado el diálogo en la Mesa de las Montañas. Tenemos el aval de las treinta mil firmas, despreciadas por el Gobierno de Aragón.
Tenemos amigas y amigos, las ganas de demostrar que nuestra utopía no es tal, sino posibilidad real de reconciliar al hombre con el territorio y sería bueno que nos propiciaran divulgarla en igualdad de espacios, en vez de confinar nuestra opinión y argumentos a líneas contadas, a programas en horarios de poca audiencia. Pero… ¿dónde queda la libertad de prensa en este país…?
Gracias en nombre de las generaciones que nos sucedan. Gracias a los políticos valientes, a los periodistas íntegros. Gracias por esta cordada de solidaridad que extendéis en vuestros grupos ecologistas, vecinales, sindicales, en vuestros clubes de montaña. Gracias por ser cada uno ese altavoz de Castanesa –de todos los Castanesa amenazados, de todos los valles perdidos como Espelunziecha- ese piloto rojo que a buen seguro avergüenza a incluso a quienes carecen de conciencia. Gracias por reforzar un año más este abrazo, este vínculo que nos hace recordar con especial afecto a quienes estuvieron en ediciones anteriores y ya no pueden acompañarnos, como Santiago Sagaste y su madre, Ascen.
Gracias, porque nuestros enemigos lo quieren todo y frente a su poderío y arrogancia, es un lujo contar con vuestra perseverancia y convicción.
El Portalé.- Domingo 21 de marzo de 2010
VII Concentración de la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón.
"Castanesa, que se sepa"
Por Manel Badia
Queridos amigos, defensores de la montaña, de la lógica y de la justicia:
Sin pedantería, con la sencillez de los que nos honramos en ser de pueblo, afirmo conocer todos los rincones de Castanesa. Vivo en el ojo de ese huracán y os aseguro que la amenaza allí prevista es de tal envergadura en cuanto a movimientos de tierras, desmontes, terraplenes, carreteras, pistas y accesos, que si se lleva a cabo no quedará ningún paisaje intacto. La cantidad de hierro y hormigón que invadirá Castanesa y alrededores nunca más saldrá de ahí. Es imposible la reversibilidad de ese proyecto. Todo quedará desfigurado, como la memoria de un loco o el equilibrio de un borracho.
Es muy fácil para los promotores plantear que serán las pistas de esquí más grandes de España y apelar al orgullo nacional para sacarle el rédito político, pero entender sobre el terreno lo que significa la ampliación de Cerler, es muy diferente. Los detalles de lo que se quiere hacer en Castanesa asustan a cualquiera. Incluso a sus partidarios les da cierto reparo exponer sus vergüenzas, de ahí tanta reticencia a facilitar el acceso al proyecto que, no olvidemos, al menos en teoría es información a pública disposición.
Nosotros tenemos que hacer publicidad de este monstruo en Europa, divulgarlo a los grupos ecologistas nacionales y europeos. Que se sepa. Ésa es nuestra misión, destapar esta patraña de intereses privados, con nombres y apellidos. En una época de recesión económica y con los efectos del calentamiento global, ¿cómo es posible que siendo todas las estaciones deficitarias, se quieran construir otras nuevas? ¿Qué pasará con Panticosa y Candanchú que están acumulando deudas por todas partes como Aramón?
Lo que sucederá es que el gobierno local tendrá que intervenir (más de lo que ya hace ahora) y por si fuera poco este desgaste para las arcas públicas, todavía van a crear más empresas deficitarias. Es absurdo. Los máximos beneficiarios de la ampliación por Castanesa serían las poblaciones catalanas de Vilaller y El Pont de Suert (quien conoce la zona lo sabe muy bien). ¿Qué interés tiene ahora para Aragón este proyecto?
Pero, lo más grave, independientemente de a qué comunidad autónoma iría a parar la rentabilidad (si existiera) de destrozar Castanesa es preguntarse qué será de nuestros valles, de nuestras montañas, de esos territorios donde queremos y podemos vivir en armonía con la naturaleza. ¿Por qué no se facilita el asentamiento de personas que desean establecerse allí de un modo respetuoso con el entorno?
Esto no es un proyecto para el interés general, sino para intereses muy particulares, con familias, amigos, empresarios y políticos a quienes privilegiar a costa de todos. Y el tiempo corre en contra de alguno. Marcelino Iglesias quiere iniciar este proyecto antes de dejar su cargo. Este año 2010 es clave para él, quizás su última oportunidad de dar la vuelta de tuerca decisiva para que esto salga adelante.
Y esto de Marcelino es la montaña que ha diseñado Norman Foster. La montaña enladrillada, con una cafetería en un circo glaciar a 2.400 metros. Esto de Marcelino es nuestra pesadilla. La pesadilla que se ha perpetrado en Espelunziecha, con el valle de Culibillas desnaturalizado y redenominado como zona Anayet, a modo de parque temático. Esto de Marcelino es la pesadilla de la tensión vecinal en los pueblos, con la cizaña de la especulación en las conciencias menos críticas. Y todo eso, cuenta en Castanesa, con la bendición de la supramunicipalidad y se ha empotrado en los márgenes de la legislación vigente, la cual se adaptará allí donde sea necesario para que nada obstaculice el paso de estos tanques.
Hemos de explicar a la sociedad este absurdo, esta locura. Ni nuestra participación en la Mesa de las Montañas sirvió para apear al Gobierno de Aragón en su osadía. Y a quienes crean que somos muy idealistas, que queremos limitar la montaña a vivir de la mermelada, les digo que este territorio siempre ha sido explotado sosteniblemente aunque hasta hace poco nadie denominara a esas prácticas como sostenibilidad. Ahora, en cambio es una palabra que políticos y constructores utilizan llenándose la boca, cuando pronunciada por ellos es un contrasentido, una blasfemia.
Marcelino y su clan saben perfectamente lo que quieren y lo tienen todo bien atado en su peculiar dictadura. El territorio, en estos momentos lo gestionan ellos, no la totalidad de vecinos y los puestos de trabajo que se crean son para ellos que además viven donde quieren y no necesariamente en Montanuy, derecho éste ante el que no tenemos nada que objetar. ¿Cómo se puede hacer una ley para la protección de un territorio sin contar con la gente que lo habita o peor aún, con las ideas y justificaciones de quienes quieren explotarlo salvajemente?
Dirán que nos llaman a negociar. Pero negociar no es un vocablo adecuado, puesto que nosotros no tenemos NADA que ofrecer a cambio, no es un "te permito que dinamites esta montaña a cambio de salvar la otra" o "me quedo quietecito hasta que pasen las elecciones y luego seguimos hablando..." EL OBJETIVO ÚNICO E IRRENUNCIABLE ES SALVAR TODO. Y hemos de obrar caiga quien caiga, sin miramiento hacia siglas políticas, sin deber favores ni ser criados de nadie, sin filias ni fobias...
Por eso, como vecino de Castanesa, con todos vosotros, quiero que mi pueblo sea la primera causa que ganemos de cara a conseguir una meta más amplia: la declaración del Parque Internacional de los Pirineos. Castanesa, punta de flecha, paso primero en un largo camino. Castanesa, lo irrenunciable. Porque el proyecto de destruir mi valle sigue adelante, pero las razones para oponerse al mismo siguen confirmándose y fortaleciéndose con más argumentos. Porque Castanesa tiene que ser el inicio de una nueva etapa en la convivencia del hombre con la montaña y si perdemos Castanesa habremos perdido todo lo demás.
Porque Castanesa no es de una poderosa familia ni de sus contubernios. Castanesa es de quienes lo amamos y lo entendemos. Por eso estamos aquí y seguiremos en esta lucha. Porque se ha de saber. Porque vamos a conseguirlo.
Gracias, amigas y amigos por creer en mi pueblo, en mi valle y en la montaña viva que hemos de legar a nuestros hijos. Gracias por la constancia y el cariño. Castanesa y la naturaleza nos lo agradecerán a todos.
El Portalé.- Domingo 21 de marzo de 2010
VII Concentración de la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón.
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