Un año más (y ya van 17), la travesía de Ezcaray (Memorial Javi Valgañón) fue un éxito de participación y, sobre todo, de organización.
Coordinar un evento de asistencia tan masiva no tiene que ser tarea fácil para la Asociación de Amigos de Ezcaray, que, no obstante, nos brindó una nueva jornada de senderismo por los montes de la zona haciendo gala de una impecable organización; todo ello, aderezado con grandes dosis de simpatía, amabilidad y absoluta disponibilidad de sus miembros (también de la Guardia Civil de Montaña, Protección Civil y demás colaboradores).
Lástima que todavía algunos (pocos) impresentables todavía descuiden el entorno y se dediquen durante el recorrido a arrojar desperdicios y restos de la comida que reciben en los avituallamientos. Una pena que los demás (la mayoría) tengamos que contemplar envases, envoltorios y demás basuras que afean el paisaje y que confirman la estupidez más rotunda de quienes se comportan de esta manera. Una pena, la verdad, que no debería deslucir una magnífica jornada.
La Picota (Cima Carmelo Díez), de 1.180 metros, con placa en memoria del fallecido alpinista Juan José Llopis
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